PENA DE BANQUILLO

¿Estás triste?
-No.
Pero sus ojitos me dicen sííí.
- Ven, déjame abrazarte.
Abrazo con fuerza e hipos y lágrimas fluyen solitos.
-Ya hijo, ya....Ya está......Venga, venga, ya está.
- Siempre que quieras llorar abraza a papá.
Y por arte de gracia, su tristeza, o al menos parte de ella, pasó a su madre y a mí.