De ninfa y manía

Era la feria, conseguimos que algún padre nos dejara un coche y nos plantamos en aquel pueblo de la Serena, entre los cinco no llegábamos a las 1000 pts, suficiente para pasarlo bien, nada mas entrar en la discoteca me mira una chica. Me sorprendió su descaro, se acerca a mi y me pide bailar, me maravilló cuando noté su mano maniobrando sobre la bragueta de mi pantalón, asustado pensé que me "la" iba a dejar fuera.

La separe y le dije que volviésemos con la gente, pero siguió acosándome, tocando todo lo que podía y pidiéndome que la llevase fuera a nuestro coche.

Notaba como toda la discoteca estaba pendiente de mí.

Sentí miedo, verguenza y deseo en un cóctel molotov. Al final el miedo pudo mas y logre deshacerme de ella pensando en la oportunidad perdida y soportando las burlas de mis amigos.

La noticia del día después fue, que se trataba de una chica que tenía problemas psíquicos, era ninfómana y esa misma noche sus hermanos le habían dado una paliza a un tipo de otro pueblo que se la llevó a su coche .

oscar lo ha escrito desde Madrid a las 11:57 a. m.

ALTA VELOCIDAD

Un día plantaron frente a su casa una tuneladora, infinidad de maquinaria pesada y vehículos extraños; comenzaron las obras.

A las puertas de su vivienda iba a pasar un tren, que iría tan rápido que ni lo podría ver. Viuda, sola, con 72 años decía que ya lo había visto todo, y aguantó las obras, la suciedad, el ruido, hasta que un día, parte de la ladera se derrumbó sobre su casa, entonces fue a reclamar que se lo arreglaran y le dijeron que eso debía ser de la lluvia,

- Pero, si llevo viviendo aquí toda la vida y llovió y nevó y nunca pasó nada.

- Pues reclame usted donde quiera.

Y lo hizo, primero la fase administrativa previa, luego la contencioso administrativa, y vio pasar el tren a la velocidad de la luz, pero murió esperando en la estación de la justicia.

oscar lo ha escrito desde Madrid a las 8:10 a. m.

Y NO LA DEJARON HUERFANA*

oscar lo ha escrito desde Madrid a las 10:38 a. m.

PALETO SOY

Cuando llegue a Madrid a mis 10 años, mis nuevos compañeros a los peos les llamaban pedos, no hacían apedreos como nosotros, ellos practicaban algo mas sofisticado y civilizado que llamaban guerras de pelotillas, ah y por supuesto no tenían maestros sino profesores.

oscar lo ha escrito desde Madrid a las 7:28 p. m.